domingo, 5 de agosto de 2007

Documento Fundacional (en borrador)

SOBRE LA MILITANCIA

Ser militante implica tener un alto grado de compromiso vital con una serie de ideales y contenidos ubicados en un horizonte de sentido, en un mito, en una utopía, en una ideología, en una cultura, en una ética distinta a la que enarbola el capitalismo. Implica tener una vocación colectiva por construir resistencias creativas y alternativas al orden de vida impuesto por el orden actual, implica construir y fortalecer una organización, apoyar otras organizaciones afines, establecer puntos de articulación, como frentes y redes. Implica Desarrollar capacidades en sí mismo y en los demás.

Se espera que un militante quiera estar al tanto de lo que sucede en el mundo y en especial en su país (actuar local y pensar global), una persona que le guste investigar, que esté en constante producción, que sea curioso. También se espera que dé iniciativas, que sepa expresar sus ideas, proyectar confianza y generar discursos y sentidos. Que su compromiso vaya más allá del tiempo libre que le deja su lucha por sobrevivir, que vaya liberando su tiempo justamente haciendo política y revolucionando sus entornos.

Los militantes debemos desarrollar capacidad de adaptación, ya que la realidad nos sobrepasa, y es en ésta realidad que se presentan una serie de escenarios, espacios, procesos, muy complejos y diversos. De ahí, que el militante debe estar en capacidad de insertarse, en aquellos procesos, de interpretarlos y entenderlos, dando cuenta de esa complejidad de la política, siendo crítico y propositivo, entendiendo que en política es necesario ver los matices más allá de las dicotomías y conflictos: sean culturales, de clase, de raza, de género, de orientación sexual, etc.

La tolerancia, respeto y valoración positiva de la diversidad deben también ser valores de un militante, para así poder entender y debatir con personas que no comparten nuestra forma de pensar. Para esto, la capacidad de escuchar y comprender es fundamental. Pero también es importante no confundir esto, con la pasividad o “neutralidad” –parafraseando a Freire- podemos decir que, en la lucha entre el dominado y el poderoso, ser neutral, es estar del lado del poderoso. No olvidemos que la derecha, aparte del poder estructural, también tiene militantes, seguramente comprometidos, pero con valores muy distintos a los que proponemos.

El compromiso militante, es en todos los niveles de la vida, ético, político, orgánico, social y cultural. No puede haber compromisos a medias, ya que eso afecta la vida y el compromiso de otras personas, por eso la labor básica, es construir confianza y compañerismo: Un militante es aquel que cambia el mundo, y, en el camino, se cambia a sí mismo.

SOBRE EL SOCIALISMO


Entendemos el socialismo como socialización y construcción colectiva de todo Poder, partiendo por concebir que el Poder no como una esencia centralizada en el Estado sino una relación social, interpersonal, trasversal a todos los ámbitos de la existencia humana, desde los más cotidianos y privados hasta los más públicos y globales.

Un nuevo socialismo entonces debe dar cuenta de todas las luchas, desde distintas agendas, trasversalizándolas y visibilizando las relaciones de explotación, dominación y subordinación allí donde se den: en el capital minero intentando imponer su actividad extractiva pasando por encima de la vida y la actividad de los habitantes de una localidad campesina, cuando las potencias mundiales ocupan sin legitimidad países del tercer mundo a través de guerras infames, en la persecución al movimiento cocalero y la satanización desinformada de nuestra tradicional y fundamental hoja de coca, en la discriminación a formas diversas de vivir la sexualidad, el atentado contra nuestra biodiversidad, etc.


Nuevas teorías para nuevos movimientos

“Sin teoría revolucionaria no existe movimiento revolucionario”. – Lenin

“Cuando se sueña hay que ver la estrella allá arriba, pero cuando se lucha hay que ver la mano que señala la estrella. Eso es vivir. Un continuo sube y baja de la mirada” – Sub-comandante Marcos

Apostamos también en relación a procesos radicales de democracia, desde el enfoque de un nuevo socialismo y sabiendo que el conocimiento es poder, por una nueva producción teórica que acompañe nuestras prácticas sociales y políticas. Esta producción debe darse colectivamente, facilitando metodologías para la participación de todos y todas las y los involucrados e involucradas. Es necesario socializar el conocimiento pero también es necesario producir colectivamente nuevos saberes libertarios desde prácticas concretas para enriquecer y dialogar con esas mismas prácticas y otras futuras, interpelándolas constantemente frente a la realidad en la que actuamos. No nos vale la teoría sin prácticas, ni las prácticas sin reflexión.


SOBRE LA PERUANIDAD

Como miembros de un país pluricultural y multilingüe, en dinámicas de profundos cambios y movilidades, sentimos la necesidad de re-significar la noción de Peruanidad en la construcción de un horizonte de sentido que no caiga en esencialismos.

Tomamos por eso las diferentes tradiciones culturales vivas, florecientes y de resistencia en nuestro país como nuestra apuesta por el diálogo intercultural y por rescatar el sentido de comunidad, solidaridad y responsabilidad social de las diferentes cosmovisiones (andinas, amazónicas, mestizas, urbanas….) que muestran un potencial creativo, ya que por una parte resisten los embates del sistema capitalista y por otro sigue teniendo una capacidad productiva y transformadora .

Mientras que el capitalismo busca la homogenización de las culturas y modela al mundo a su imagen y semejanza, Los pueblos y sus tradiciones culturales resisten mediante modos alternativos de experimentar el trabajo, por eso revaloramos la organización comunal-social del trabajo compartido como celebración que es a la vez gratificante y vinculante como muestran del sentido alegre del potencial humano. Por eso apostamos por potencializar y productivizar las diversidades, mediante la interculturalidad como eje en la construcción de nuestro horizonte de lucha, revalorizando el dialogo horizontal y enriquecedor.



SOBRE EL MITO

Una de las consecuencias del viraje de la sociedad mundial hacia la derecha, es la pérdida de los horizontes colectivos y sobre todo, de las certezas que éstos proporcionaban a los individuos. En este contexto, la capacidad de creer en un “nosotros”, en un mundo mejor, en un país mejor, en una sociedad más justa, se ha ido debilitando
hasta en muchos casos, no queda más que un radical sentimiento de soledad y desconfianza generalizada. Campea una sensación de inseguridad, riesgo y precariedad que hace muy difícil construir nuevos horizontes colectivos.

Vivimos desde hace unas décadas dentro de un clima cínico y de desánimo. Es tan grande la presión, que se ha normalizado un horizonte antipolítico y pesimista. Bajo la perspectiva del “todo está perdido”, la gran mayoría de personas en su lucha por sobrevivir, quedan reducidas a meros observadores de su propio destino, a cómplices silenciosos de la descomposición de los lazos colectivos.

Existe un elemento que hace que cualquier proyecto político se lleve a cabo y, es finalmente, la certeza de que por muchos motivos vale la pena hacerlo, es decir, la creencia. La fe y la pasión siempre han sido el sustrato movilizador a partir del cual los individuos se han juntado en un “nosotros”, para constituir luego una identidad que los llevará juntos a la acción transformadora.

Por eso creemos necesario asumir la política por una de sus dimensiones menos considerada, por la de la fe y la creencia. Aquella dimensión que moviliza, que provoca que las personas lleven a la práctica todo aquello que está dicho desde hace mucho. De múltiples maneras y desde distintos ángulos se ha venido haciendo una crítica radical al capitalismo y a su matriz civilizatoria y, sin embargo, esta claridad racional de la crítica no ha provocado la movilización social y la composición política para derrocar un sistema consabidamente injusto.

Los contenidos movilizadores que por el momento hemos ubicado, pretenden generar acción transformadora por una lado y, por otro lado, reflexión y teoría revolucionaria, en un “ir y venir” constante, de la acción a la reflexión. Estos contenidos que configuran el panorama personal y social, tanto presente como futuro y van formándose en cada uno como motivadores personales y colectivos, dan sentido a nuestras acciones:

Militancia con elementos de identidad nacional Para accionar hacia un causa o visión es esencial el hecho de saber donde esta parado, cuales son tus raíces, tu historia, quien eres y con quienes estas. De manera que se personalice e identifique esa militancia en un espacio y con características particulares que respondan a realidades concretas y específicas del espacio y no a realidades generales que al final no responde a nada específico. De esta manera muchas personas se sienten identificadas, representadas y escuchadas.

Justicia, se refiere a la aspiración a esa sociedad equilibrada, donde todos sean medidos de igual manera con el mismo acceso a oportunidades sin importar diferencias, étnicas, sociales, económicas o culturales. Una sociedad donde todos los seres que la conforman se sientan una parte importante y necesaria para el desarrollo conjunto y fortalecimiento de la sociedad. Y donde la diversidad sea una oportunidad valiosa de construcción de identidad.

Alteridad, respeto por el Otro, donde se vea, se sienta y reconozca al Otro como un ser humano con todas sus potencialidades. Así mismo, tengamos la capacidad de ponernos en el lugar del otro para entender sus acciones y actitudes y que ello nos permita potenciar nuestros derechos con los de otros.

Queremos desarrollar una sensibilidad y un pensamiento de izquierda, es decir, una sensibilidad basada en la ética del trabajo como realización plena y gozosa del hombre, así como en la solidaridad. También queremos generar un pensamiento crítico que recoja mucho de los aportes del socialismo y la lucha de los pueblos por su liberación.

Finalmente, la Diversidad, que es la clave de la vida plena. Por ella luchamos y por eso consideramos que lo diverso, no es un obstáculo sino una potencia, reconociendo por el contrario, la perversidad de una idea homogénea del mundo y de sus seres.

Las acciones de la militancia, se dan en base a una visión, a un ideal de sociedad. Para nosotros ese ideal debe construirse a partir de los elementos antes citados: Identidad Colectiva, Respeto al Otro, Diversidad y Justicia. Esto se va construyendo a mediano y largo plazo y, te exige un mínimo de conocimientos y acciones cercanas que te fortalezcan y vayan dando respuestas a esa visión del cambio. Por ello, nos dan una forma de ver el mundo y la sociedad, nos llaman a actuar coherentemente para lograr alcanzar esos ideales. Estos contenidos y visiones se van adquiriendo, muchas veces en contra de lo que la sociedad actual nos proporciona o considera correcto, pues no encajan por lo general, con el tipo de racionalidad o maneras, de construir la vida en una sociedad excluyente, vertical y opresora.

Creemos que es necesario construir desde, y para, la pasión y la fe, un horizonte colectivo, un mito movilizador que de sentido a las necesidades de liberación de los pueblos. La tarea que nos queda por delante, es buscar los contenidos de dicho mito, del horizonte de sentido que servirá de marco ético, político y cultural para ubicar cualquier acción que se pretenda radical y transformadora. Toda transformación es una alteración del Poder, el poder que queremos alterar, es un Poder construido para la dominación, la exclusión y las ganancias de unos pocos. El que queremos construir, se llama PODER POPULAR y, debe ser construido conscientemente por todos y todas, un poder de todos y para todos los pueblos. Un poder socializado y no concentrado en unos pocos, el Poder de todos.


SOBRE LA POLITICA

La voluntad (política) es el motor de la transformación radical, la pasión por la necesidad de construir colectivamente. Asumiendo consciente y responsablemente las consecuencias de la transformación es que nos debemos acercar a la política. Las consecuencias pueden ser de diversa índole, a nivel personal y colectivo, por eso quien se meta al juego político debe saber bien, las reglas, los costos y las oportunidades que se suelen presentar, así como ponderar los momentos no placenteros de lo político.

Por eso hacemos énfasis en la voluntad, que es la que lleva a los hechos la política, la que evita que los cambios queden como meras ofertas: rollos o discursos. La irresponsabilidad y la impunidad siempre han sido un signo lamentable de los políticos tradicionales, su falta de autocrítica ha provocado una serie de quiebres y rupturas en la memoria, y sobre todo, en las posibilidades de hacer algo por el futuro. Nunca se reconocen los errores, y por eso, se siguen cometiendo los mismos errores. Nadie asume responsabilidad por los actos que comete y eso debe cambiar.

Creemos en una práctica política creativa que tome en cuenta la diversidad de experiencias de vida alternativa, que se nutra de ellas, que enriquezca y potencie nuestra propuesta propia de transformación social, donde el inicio de la construcción de este proyecto se encuentre enmarcado en la realidad nacional y sus diversos componentes socia, cultural, político y no únicamente en modelos teóricos eurocéntricos.

Asimismo consideramos que nuestra apuesta apunta a construir procesos de democratización de las estructuras de las relaciones sociales en todos los ámbitos de nuestra vida, en el cual la visión del poder no se encuentra centralizada en el Estado, pero de alguna manera, da cuenta de él en tanto afecta la vida de todos nosotros.

Entendemos la política como una necesaria construcción colectiva y como única garantía de que no se convierta en un negocio privado. Por eso, apostamos por la recuperación de la dimensión ética de la política reconociendo que la transparencia, el respeto al Otro, la solidaridad, el desprendimiento, el compromiso y la responsabilidad son las formas de evitar la corrupción, el “transfugismo”, el oportunismo y cualquier otra forma de inmoralidad política

Reconocemos la diversidad de las luchas, y todas las apuestas políticas por la emancipación humana que están mas allá del individualismo, no hay lucha pequeña o mejor que otra, todas son necesarias e importantes. El Poder Popular se construye con todas las voluntades posibles. Es imprescindible propiciar y fomentar acercamientos con actores sociales y grupos políticos que apuesten por nuestro mismo horizonte de sentido, es la mejor manera de evitar la autoreferencia política.

Sobre el cambio
Existen muchas maneras de entender el cambio y la transformación social, lo que otrora se llamo “revolucionarios” hoy no lo es más, lo cual no significa que no exista “lo revolucionario”. La agenda de la liberación, de la emancipación, es decir, de la “Revolución” ha cambiado de contenidos y de formas. El cambio, ya no es equivalente a obra física o tener mas ingresos, o la cuantificación racionalizada de las cuotas de esfuerzo militante, sino también y más importante, los cambios en la subjetividad de las gentes. La base de los populismos, siempre han sido las racionalizaciones de la vida, la desesperación por la meta, la obra acabada, los productos, dejando de lado el valor de los procesos de construcción de sentidos.

La Política es también, como mucho en la vida, una sucesión de aprendizajes, aprendizajes que dependen de la voluntad de aprender, pero sobre todo de hacer, de construir experiencias.

Asumimos pues:
“La política como tensión creativa entre acción y reflexión”.

Esta afirmación supone que para nosotros:

- No hay discurso que no tenga como soporte y fuente creadora a prácticas. No “hablamos” sobre lo ocurre o pensamos que debe ocurrir sino desde lo que hacemos.
- No hay tiempos separados para el pensamiento y para la acción. La reflexión se encuentra, inserta, en cada acción significativa. La reflexión no es una función extraordinaria ni una exquisitez. La reflexión constante y con referencia a la práctica nos permite aprender y recrear nuevas y mejores practicas. Sin embargo, el reconocimiento de la importancia de la reflexión no puede deformarse al punto de servir de pretexto para prestigiar una función teórica que se ubique por encima de las prácticas.
- No hay personas que se dedican principalmente a pensar- mandar y otras a la acción-operación. Todos somos filósofos, todos somos hormigas obreras.

Así mismo, creemos en:
“La política como capacidad y sensibilidad para la autocrítica y el aprendizaje”.

Esta afirmación supone que para nosotros:

- La política rebelde asume como acicate y como reconocimiento el carácter contingente y siempre provisorio del saber. Reconocer que no lo sabemos todo, y por tanto no somos infalibles. El “No saber todo”, el no tener todas las respuestas, no nos limita para actuar. Por el contrario, nuestra ”ignorancia” relativa aviva nuestro deseo de aprender como búsqueda sin fin de nuevas hipótesis para la acción.
- La infalibilidad además de ser insostenible conduce no sólo a formas de pensamiento dogmático o de pensamiento único sino a la actitud más terrenal de justificar y encontrar una respuesta “perfecta” o racional” a cualquier acto. Se trata de defender posiciones de poder. Desde el poder que pretendemos conservar o ampliar en nuestras familias y relaciones de pareja hasta el poder en el manejo de las cuestiones públicas. Bajo esta premisa se trata de justificar, bajo el manto del cinismo, la mentira, el abuso y la arbitrariedad.
- Nosotros reivindicamos la actitud autocrítica no porque deseamos ”cometer errores todo el tiempo” sino porque el error es una posibilidad de la práctica. Es mas, asumimos un uso pedagógico del error, es decir, reflexionamos sobre nuestros errores y obtenemos aprendizajes. Los aprendizajes alcanzados, que nunca son definitivos, nos ayudan a plantearnos nuevas hipótesis. Lo constante de la actitud del rebelde es la interrogación continua y nada complaciente de sus prácticas. En este sentido, asumimos como camino de aprendizaje y generación de saberes el viejo, pero potente “ensayo-error”.

Estos aprendizajes nos llevan a creer que el mejor camino para la construcción de lo político es darle la debida importancia a los factores subjetivos, al “cómo nos sentimos”, “qué hemos aprendido”. Por eso es importante asumir la transformación como un:

“Cambio integral con énfasis en actitudes”. “Autonomía y responsabilidad”

Esta afirmación supone:

- Reconocer el carácter múltiple de la condición humana. Las personas somos una composición de emociones, deseos, razones y de cuerpo.
-El capitalismo genera formas perversas de degradación de la condición humana porque fragmenta nuestra multiplicidad y coloca cada parte como mercancía al servicio de la maximización de las ganancias. Todo se vende, todo se compra bajo esta lógica sólo lo que genera utilidades tiene valor. “Ser” equivale a acumular obsesivamente objetos. Ser equivale a tener. Paradójicamente la gente se obsesiona por tener con la misma intensidad en contextos de extrema pobreza como en los de abundancia.
- Nosotros reindicamos el deseo y la pasión como “disparadores” de la apuesta por la vida. Una subjetividad basada en el placer y en el gusto por la vida y sus posibilidades es el fundamento de la acción rebelde . Sin embargo el placer requiere de una ética y de actitudes para con el “otro”. Esta subjetividad recreativa se tiñe al mismo tiempo de “inteligencia emocional” responsabilidad, respeto y actitud dialógica.
- Una actitud reaccionaria lamentablemente interiorizada en nuestros pueblos es el populismo. El populismo sintetiza siglos de dominación brutal mezclada con formas de manipulación y de contención de los sectores populares a través del otorgamiento de favores y dádivas de los caudillos y poderosos hacia ellos. La mano extendida pidiendo “por favor” es alimentada por la acción deliberada del estado y de los grupos de poder de programas asistenciales que convierten a la población pobre en “mendigos profesionales”.
- La política rebelde pone especial atención a la crítica, a contracorriente de verdad, del populismo y de otros “ismos” cercanos: el clientelaje, el nepotismo, etc. La critica al populismo no puede reducirse a discutir buenas razones. Se trata de afirmar practicas y actitudes de autonomía que permitan la reflexión y visibilización de los sentimientos más profundos de la gente impregnados muchas veces del “no puedo”, “no tenemos nada”, “háganlo ustedes mismos”.

SOBRE LA RADICALIDAD

La Radicalidad que proponemos, está bastante lejos de la noción de extremismo que proponían las ortodoxias de la izquierda. En donde se entendía el poder como un objeto a capturar a partir de métodos extremistas y asumiendo la violencia como “la mejor herramienta de la política”. Sin comprender que el poder, es un conjunto de complejas relaciones sociales.
Hemos querido recuperar el significado original de la Radicalidad (raigal, la raíz), entendiendo lo radical como una forma de construir la política y la vida, como una manera de interpretar el mundo y la sociedad. Ubicando las causas y las raíces de los problemas, de los fenómenos, los hechos sociales y políticos de nuestro entorno, de nuestro país y del mundo. Dando cuenta no sólo de los efectos inmediatos de los problemas sociales, sino también de la raigalidad de los mismos.

La Radicalidad para nosotros, asume la libertad lejos de la noción individualista del Liberalismo, que nos dice que "la libertad de uno termina cuando comienza la del otro". Nosotros creemos que “nuestra libertad se potencia y ensancha con la libertad del Otro”.

Critica Civilizatoria
A partir de buscar la raigalidad de nuestros problemas sociales, hemos encontrado que el Capitalismo es incompatible con la dignidad del ser humano y con la vida en general. Además, la civilización sobre la cual se ha construido el Capitalismo está agotada, ya no es capaz de suministrar un nuevo registro de esperanzas al mundo. La ideología moderna del Progreso y del Desarrollo ha demostrado que no puede universalizar el tipo de vida que promueve y promete. Ensayando esta crítica civilizatoria, vemos que esas promesas no pueden cumplirse y, que su intento, arrasará con la vida en el planeta.

En el presente contexto, los mecanismos del “desarrollo sostenible” y de los referentes actuales del bienestar social, no se pueden dar efectivamente. Ya que tarde o temprano, entran en colisión con el juego de los intereses económicos y políticos de quienes monopolizan el poder en el mundo. Así mismo, con el discurso del “buen progreso”, se justifican prácticas que no están diseñadas para un desarrollo integral, que excluyen a inmensas mayorías, que hacen un mal uso de los recursos y no tiene el menor respeto por la diversidad.

De esta manera, la civilización y las estructuras de la sociedad, terminan respondiendo y trabajando para satisfacer los objetivos del sistema capitalista: el consumo exacerbado y sin límite de una pequeña porción del mundo.

Justamente, por esa crítica radical al capitalismo y a su visión del poder, es que no creemos que la Democracia sea sólo un mecanismo electoral para tomar el poder y, desde allí, desde el Estado, ejecutar los cambios necesarios para una transformación de la sociedad.


SOBRE LA DEMOCRACIA

Entendemos la Democracia como el mecanismo más eficaz para socializar el poder y para promover la diversidad. Asumiéndola como una constante construcción colectiva que garantice la plena participación de todos y todas en la toma de decisiones, socializando el conocimiento y la información.

Apostamos por una política emancipatoria lejos de la lógica instrumental, en donde la representación (elegir y ser elegido), corresponda a un proceso democrático de construcción desde las bases y, no, por las supuestas facultades personales de unos pocos.

En esta apuesta por hacer política de una manera distinta, luchando por la socialización del poder y en contra de la explotación en todos los ámbitos de la existencia, no podemos olvidar en nuestra propia práctica cotidiana y militante la democracia al interior de nuestra organización: la horizontalidad, la rotatividad, la equidad y la libertad de expresión.

No queremos una organización en donde haya líderes naturales, autoritarismo y verticalidad, en donde unos piensen y otros hagan, en donde la construcción política se haga desde arriba unilateralmente. Aquí tod@s hacemos y tod@s pensamos.

Afirmamos la Democracia, también, como un conjunto de contenidos éticos sustentados en el respeto y valoración positiva de la diversidad, en la solidaridad que va contra la lógica del cálculo costo-beneficio, en la construcción de relaciones no jerárquicas (horizontalidad), en el respeto al Otro (alteridad), en la convicción de que el poder no puede concentrarse (rotatividad) y las funciones deben ser flexibles. Estos contendidos éticos son factibles si es que los empezamos a sembrar desde nuestra vida cotidiana, para cosechar así, relaciones sociales radicalmente democráticas. Para nosotros esto es, la Democracia Radical.


SAPHICHAY

Queremos que Saphichay sea un movimiento basado en sólidas relaciones democráticas, una organización fuerte y eficiente, con fuertes relaciones de confianza política entre sus militantes. Creemos que Saphichay debe tener una proyección hacia otros movimientos, colectivos, comunidades, con una gran vocación de construir y disputar poder, como una garantía de no caer en la auto referencialidad.

Dicha interacción debe de manera libertaria, lo cual implica el respeto a la autonomía y libertad de cada fuerza componente. A nuestro juicio la vía para alcanzar este objetivo es el ejercicio Democrático-Radical del Poder en sus diversas manifestaciones, así como la generación y promoción de espacios en donde los individuos puedan ejercer la política de una manera distinta a la tradicional, cerrando poco a poco el espacio de acción a los “políticos Profesionales”, que asumen la política sólo como gestión o peor aún, como mecanismo para lograr beneficios personales.

Debemos sembrar la necesidad de formar parte de un movimiento emancipatorio, es decir, un movimiento que construya políticamente desde y para la emancipación de las potencias del pueblo. Al ejercer nuestra militancia de una manera integral y divertida, en donde las potencialidades de capacidades de todos se desplieguen, estamos emancipándonos y ayudando a otros a hacerlo.

Esta vocación por la emancipación de los espacios vitales, es la transformación de realidades personales y colectivas, unas llevan a las otras; Dando paso así, a la liberación de la dominación, de donde sea que esta provenga. (Me libero con y gracias a la liberación de todos).

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